Control Remoto recrea en Odisea Aulática la estructura de las mitologías épicas, pero en el contexto del sistema educativo como motor. Y es que Odisea Aulática, que verá la luz en este mes de marzo, busca servir de inspiración a todos los espíritus jóvenes que han nacido en una época desmoralizada, y lo hace desde el realismo, levantando los corazones sin esconder el mundo, ensalzando los valores estoicos de la fortaleza, la firmeza y la generosidad. 23 canciones y 12 interludios dan vida a este disco de más de 90 minutos de duración, que cultiva la mentalidad de rebelión desde la pasión musical, tan característica de la canción protesta, pero que ahora se complementa con reflexiones filosóficas a ritmo de rock electrónico.
Una obra insólita en cuanto a forma y contenido se refiere, no solo por su temática narrativa sino también por las ideas filosóficas y las técnicas musicales con las que Jaime Echegaray ha construido esta Odisea Aulática. Géneros como el rap, el trap, el dark-house, el electro-punk y el rock se entremezclan para generar en el oyente un efecto de ingravidez, con el objetivo de que prevalezca el mensaje sobre estilo y llevando así el disfrute de la música a otro nivel.
Cuando asociamos música y filosofía se suele recurrir a aquella manida frase de Nietzche (“La vida sin música sería un error”), ¿qué filosofo consideras que tiene un vínculo más fuerte con la música?
Nietzsche es uno de los filósofos más sobrevalorados de la Historia de la Filosofía y esa sobrevaloración hace que se desdibujen sus aportaciones. ¿Vínculo más fuerte con la música? Los pitagóricos fueron los primeros en encontrar vínculos entre las proporciones y los sonidos. El Sócrates de Jenofonte bailaba y realizaba analogías entre la actividad de filosofar y la danza. El Sócrates de Platón, en el Fedón, es animado a componer música. El sobrevalorado Rousseau fue músico. Nietzsche compuso una pequeña obra al piano. Schopenauer fue de los primeros en idealizar la música como forma suprema del arte. Y no digamos Wagner. Tu pregunta es muy abierta. Se puede responder desde muchos lugares. Si te refieres a que tenga una filosofía de la música en condiciones: Vicente Chuliá desde las coordenadas del materialismo filosófico. Pablo Huerga, recientemente, ha publicado un interesante ensayo de poética materialista del rock con un enfoque más nematológico que tecnológico. El compositor Celibidache realizó un trabajo sobresaliente, más como músico que como filósofo. Al igual que Schönberg. Ah, y no puedo olvidarme de Arístides Quintiliano. Unir conocimientos musicales y conocimientos filosóficos en un vínculo sistemático no es nada fácil, en absoluto.
Como creador, ¿cuál es el filósofo que más canciones te ha inspirado?
A partir del volumen V, (J)aula 13, empecé a componer los álbumes de ControlRemoto tratando de respetar las reglas de la filosofía en el terreno del verso cantado y como una forma ceremonial de celebrar y proteger la dignidad herida de las aulas. Mi evolución como constructor de canciones tiene que ver también con mi evolución como discípulo de mis maestros. Quien primero me inspiró fue Platón a través de Havelock en las clases de La Herencia Socrática impartidas por Carlos Fernández Liria en la Universidad Complutense de Madrid. Aquellas clases fueron reveladoras para mi. Una liberación de mi colonial sentido de la música como estudiante de conservatorio y fundamentalista nostálgico del rock que era. A partir de ahí, mi visión mutó. Y cuando llegó Gustavo Bueno a través de Juan Bautista Fuentes, no hubo vuelta atrás. También José Luis Pardo me ayudó a poner orden contra mi educación posmoderna. A todos ellos les debo más que mucho. Me ayudaron a construir mi propia forma de vivir y expresar el flujo ingobernable que la música transmite y la filosofía retransmite. Y te he de decir que yo no me considero creador. Creador es un concepto que no tiene sentido para un materialista filosófico. “Crear” viene de la teología dogmática, que considera que hay un ser que produce la realidad a partir de la nada y de ahí ha derivado a los usos populares. Yo no sé crear, yo sé producir a partir de materiales dados. Los combino con un plan objetivado y, al hacerlo, surgen ideas y construcciones nuevas. Los cánones de las artes únicamente se pueden transformar conociéndolos anteriormente. En este sentido los críticos y los periodistas tenéis una labor fundamental: identificar los regímenes de inteligibilidad de las artes y, con criterio riguroso, determinar quién innova y quién (re)produce clichés. Lo mismo debería ocurrir con las disciplinas académicas. Ahora están heridas de muerte.
¿A dónde crees que nos lleva la defenestración de las materias de Música y Filosofía en la educación española?
Ya hemos llegado, ya estamos. El viaje hacia el estado en el que se encuentran comenzó, por poner un importante límite, con el plan Bolonia. Estamos en las ruinas, a un paso de no llegar nunca. Menos mal que hay profesorado y alumnado que mantiene viva la llama a pesar del lamentable estado del porvenir de nuestro país.
¿Qué podemos esperar de Odisea Aulática?
¿A parte de baile y sudor? Reflexión. Odisea Aulática es una ópera rock-electrónica construida contra las mitologías épicas que utilizan el modelo heroico del héroe de Joseph Campbell para caracterizar a los personajes y cuyo efecto es el atontamiento de las masas. Para mi investigación sobre la situación de la épica en la actualidad resultó muy provechosa su lectura porque la propuesta de Campbell de que el héroe es cualquier persona que afronte su desesperación personal con el amuleto del psicoanálisis dispuesta a “traer luz a la perdida antlántida del alma coordinada” carece de solidez en la argumentación. La crítica de Juan Bautista Fuentes al psicoanálisis me ayudó a probar la inconsistencia del psicoanálisis del mito. Si el héroe ha de psicoanalizarse para traer luz al mundo, pensemos en el desastre al que estaría abocada la condición humana con semejantes referencias teóricas fantasmagóricas. Campbell al enunciar que el mito es el sueño despersonalizado y el sueño es el mito personalizado, otorga al psicoanálisis un poder al que no se puede renunciar si se quiere comprender qué es la épica y cuál su sentido en la actualidad. Y por ese aro ControlRemoto no podía pasar. Por otro lado, Campbell es uno de los responsables de que el psicoanálisis se inserte, más allá del campo teorético, en las vidas de los individuos, en sus planes de superación personal y en las sagas cinematográficas de moda. Su visión psicoanalítica de la épica ha desembocado en la concepción del héroe actual como esa persona normal que se enfrenta a sus desafíos diarios normales con inteligencia emocional. Nada más lejos de la realidad. Las personas que cumplimos con nuestro deber normativo no somos héroes: cumplimos con las normas y punto. Los héroes se mueven en el plano del ideal, no de la norma, como explica Hegel. Lo interesante de Odisea, en este sentido, es que la trama se desarrolla en un estado de la enseñanza en el que la norma vigente pervierte la razón de ser de la enseñanza. Odisea lanza este dilema ético-moral y jurídico desde coordenadas materialistas: ¿Cuándo la perversión emana de un Estado ocupado, ¿qué debe hacer el profesorado y el alumnado? Y todo esto, bailando y sudando.
¿En qué o quién está inspirado Diez, el personaje cuya aventura protagoniza Odisea Aulática?
Diez es un personaje de ficción que construí inspirado por los estudiantes diez que me voy encontrando a lo largo y ancho de las aulas. ¿sabes esas personas que transmiten esperanza por su fortaleza, firmeza y generosidad? Jóvenes que convierten en versos poéticos la cruda realidad sin falsearla. Jóvenes que se esfuerzan estudiando y eligen el camino de la objetividad antes que el fácil camino del resentimiento en el conflicto generacional. Jóvenes difíciles de influenciar y que saben distinguir entre los deseos personales y los deberes universales. Jóvenes que reclaman sentido crítico porque se han dado cuenta de que les están adoctrinando por todos lados.
Como Diez, ¿vivimos una farsa?
Según los contextos en los que se utilice habría que precisar qué es farsa. Así, a bote pronto, la farsa entendida como engaño inadmisible te diré que no hay una, hay muchísimas. Por ejemplo, la ley educativa actual española traiciona los principios educativos que pretende defender. Otro ejemplo, los libros de texto de la asignatura de Filosofía, en su inmensa mayoría, no enseñan el arte de filosofar como pensamiento crítico y rebelde que es. Otro ejemplo más, la economía no es economía a secas, es economía política. Se le sustrae “política” para enviar señales de aparente neutralidad a los futuros consumidores del neoliberalismo hegemónico actual. Como estas farsas, hay muchísimas más, y una con mucho peso es la psicología como presunta técnica de sanación.
¿Quiénes son los gurús de nuestro tiempo? ¿Quiénes debería serlo realmente?
Los directores espirituales de nuestro tiempo deberíamos serlo nosotros mismos, pero no lo somos. Nunca ha habido tanto conocimiento a nuestra inmediata disposición y nunca tan poco empleado. Hay un ingente número de personas que desaprovechan esta insólita y bienaventurada circunstancia de nuestro tiempo. Poder acceder no es saber elegir, pero quién tiene voluntad, tiene el camino. Algo que no pasaba hace dos generaciones. Claro que sigue y seguirá habiendo intereses de dominación de grandes corporaciones pero también hay un claro sometimiento voluntario generalizado disfrazado de injusticia metafísica. La pereza, la envidia y el no aceptar con alegría constante que en casi todo hay alguien más sabio que uno mismo, son nuestras principales fuerzas enemigas.
¿Qué ha ocurrido en la sociedad para que tengamos la sensación de que actualmente no hay filósofos, poetas, ni artistas reconocidos y considerados?
A mi modo de ver, los grupos de poder que fabrican la opinión pública no pueden evitar el increíble aumento de opciones de búsqueda y encuentro que hay gracias a la Red. Este es uno de los grandes beneficios de la libertad de consumo en el mercado pletórico. Pero también hay muchísima basura disfrazada de hermosura. La sensación de la que hablas creo que tiene que ver más con que ya no hay aparentemente una instancia que decide qué es bueno y qué no lo es. Pero sí, la sigue habiendo y ahora como consumidores percibimos nuestra propia incapacidad para elegir con criterio qué filósofos, qué poetas, qué músicos, qué influencers son los mejores. Percibo esa sensación de la que hablas como una constante señal de emergencia más.
Odisea Aulática se compone de 23 canciones y 12 interludios, con una duración de 90 minutos, ¿cómo lo llevas al directo?
Hasta el volumen IX, componía pensando en los músicos que ejecutarían las canciones. En el volumen X, Odisea Aulática, he ejecutado yo las composiciones en su totalidad. Esto hace que en el directo podamos interpretar la obra desde técnicas y tecnologías distintas. Con la banda al completo interpretando los cantos, con las tecnologías digitales actuales disparando las bases y eligiendo qué instrumentos tocar en cada una de ellas o combinando ambas como hicimos en nuestro último concierto en la Riviera, dentro del ciclo Inverfest.
¿Cómo es el proceso creativo de Control Remoto?
Busco lo que deseo transmitir, sónicamente, desde los instrumentos musicales que controlo: guitarra, piano, bajo, sintetizadores, patrones rítmicos y voz. Los músicos de ControlRemoto reciben estas ideas y las mejoran sustancialmente. En Odisea Aulática, al haber ejecutado yo las ideas en su totalidad, el trabajo del ingeniero de sonido, Karim Burkhalter, ha sido definitivo para explorar los límites de mis posibilidades. ¿En cuanto a las letras y las temáticas? De momento, continúo el plan filosófico que me marqué a partir del volumen IV, La Regla del Juego. Tengo que valorar si ese ciclo sigue abierto o se ha cerrado con Odisea Aulática y si puedo aportar algo más.
Llevas publicando música más de diez años, ¿a dónde te gustaría que llegara una obra tan madura como Odisea Aulática?
¿Puestos a soñar imposibles? Que llegara a ser el número 1 de discos comprendidos, cantados y bailados. Pero como nos dijo una alumna mía, bien sudada después de un concierto: “Si un día ControlRemoto revienta las listas, será la señal más clara de que las masas ya no son masas”.
Qué te ha salvado más veces, ¿la filosofía o la música?
Económicamente, me salva la docencia de la filosofía. La música, a ese nivel, me destruye más que me salva. En otro sentido de salvación, las filosofías de mis maestros me salvan de lo idiota que soy, cada día. Cada uno de ellos desde su radio de acción y en conflicto entre ellos, por supuesto. En la cúspide están Gustavo Bueno, Spinoza, Marx y Platón. Como profesores en la Universidad, Carlos Fernández Liria, Gabriel Albiac, José Luis Pardo y Juan Bautista Fuentes. Actualmente, de mi generación, me salvan, me ayudan a dar pasos en firme: Pedro Insua, Jesús G. Maestro, Vicente Chuliá, Santiago Armesilla, Olga García y Enrique Galindo; por nombrar algunos. Hay canales de jóvenes que están poniendo las cosas en su sitio, por ejemplo, en educación: el canal Sobre Ruinas en youtube del equipo de Laura Rodríguez Montecino está realizando aportaciones muy sobresalientes. Siempre hay esperanza aunque estemos a un paso de no llegar nunca. Y la música de antes y de ahora me salva cada día: siguen emocionándome las obras que escuchaba con asombro hace 30 años y siguen sorprendiéndome las nuevas generaciones de músicos cuando están a la altura de los tiempos que les ha tocado musicar.