Parece que la carrera de C. Tangana esté pasando por un punto de inflexión. O quizá éste ya se haya producido. Desde que se presentara como ‘El Madrileño’, su nuevo alter ego, la mira, e incluso el proceso de grabación de sus canciones, ha cambiado. ¿Ha evolucionado? Podríamos decir que si, su música ha encontrado un nuevo idioma con el que llega más y mejor. De hecho, ese punto de inflexión podríamos situarlo en «Un Veneno» (2018), su primera colaboración con el Niño de Elche. La guitarra, la percusión latina y el contrabajo eran la instrumentación de este peculiar bolero, cuyo único elemento contemporáneo era la voz del propio C. Tangana.
Es cierto que C. Tangana puede adolecer de letras no muy elaboradas y nada poéticas. Pero sin caer en agravios comparativos, Robe Iniesta (por poner un ejemplo), consagrado como uno de los mejores letristas de nuestro país también nos ha dejado versos del nivel de: pa’ reventar haciendo mucho ruido, / hay quien pensaba que era un nuevo Dios naciendo, / y era un pedo de un exquisito cocido. Hay que entender el código propio de cada artista, con sus puntos fuertes y sus puntos débiles. En definitiva, no ser tan cortos de miras, y saber ver que lo que hacen algunos artistas que no son de nuestro agrado estético, no difiere en exceso de lo que hacen a veces los que idolatramos.
En este punto entra el mérito de Antón Álvarez, Pucho, C. Tangana, El Madrileño, o cualquiera de los alias que se le ocurran en el futuro. Que tu público comulgue ruedas de molino con todo lo que grabas, más aún dentro del estándar comercial, es bastante sencillo. Que con cada canción nueva que sacas vayas encandilando exponencialmente a crítica y público, no lo es tanto. Mientras que otros artistas de su generación como la misma Rosalía se han dejado seducir por los cantos de sirena de la mercadotecnia internacional, Antón Álvarez escoge su propio camino.
C. Tangana está pavimentando el sendero de su carrera con los adoquines de los clásicos de la música popular y de folclores propios y, en el caso de la recién estrenada «Comerte Entera», ajenos. Este último lanzamiento, inspirado en la bossa nova brasilera, cuenta además con la colaboración de Toquinho, uno de sus principales precursores de la música popular carioca. Y no es la primera vez que Antón toma elementos tradicionales, pues ya sampleó la marcha procesional «El Amor» del compositor gaditano Sergio Larrinaga. Si la inclusión de estas colaboraciones y sampleos lleva a nuevas generaciones a descubrir otras músicas más allá del reaggaeton y el urban actual, olé por C. Tangana y compañía.
Durante los últimos años, ‘El Madrileño’ ha ido formando su propio equipo de trabajo teniendo en cuenta cuál quería que fuese la deriva de su música. Ahora, a Alizz, su productor habitual, se suma a la guitarra Víctor Martínez, un multinstrumentista con sobrada formación y experiencia más que suficiente que está aportando todos sus conocimientos musicales en pos de este salto de calidad de C. Tangana y la fusión de lo sonidos orgánicos y electrónicos. Además, en redes sociales se ha visto cómo han pasado por el estudio de grabación artistas consagrados de la música en castellano como Kiko Veneno, Rosario, Jorge Drexler, Antonio Carmona, y coetáneos como Dellafuente, quién también ha demostrado su querencia por los clásicos, el flamenco o el metal y la búsqueda personal de su propio estilo, y con quién ha colaborado en numerosas ocasiones.
Después de demostrar con la ‘rumbachata’ «Tu Me Dejaste de Querer» que es capaz de batirse a sí mismo, y de hacer cantar a Toquinho (a sus 74 años) ‘no puedo más que pensar / en tu culo al pasar, rebotando‘ sobre esa rica armonía de bossa, no sabemos que nos deparará la carrera musical de Antón Álvarez en el futuro y lo que estará cocinando ahora mismo, pero sí que está haciendo lo que el instinto creativo le dicta. ¿Artista o vendido? Lo cierto es que ya estaba en lo más alto del panorama comercial con lo que venía haciendo, y él mismo ha pegado un volantazo que le podría haber llevado a un precipicio. Sigue teniendo éxito comercial; si, pero no por el camino fácil sino buscando una vuelta de tuerca más en cada cosa que publica, investigando nuevos géneros e integrándolos en su música sin perder frescura ni contemporaneidad.
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