La artista argentina Nathy Peluso está pasando por uno de los momentos más dulce de su carrera musical. Su último trabajo, Calambre le está trayendo éxito a raudales y, es que, ese giro que le ha dado a su estilo cala mucho en una juventud cada vez más seguidora del latin-trap.
Desde que en 2017 lanzara Esmeralda, un mixtape donde unió todos los sencillos que había grabado hasta la fecha, Nathy ha ido evolucionando. Ha jugado y entremezclado géneros musicales más clásicos como el jazz, el soul o, incluso, la bossanova con otros más contemporáneos como el hip-hop o el trap. Todo ello marcado por unas indudables influencias latinas. Los sencillos que se aúnan en Esmeralda tienen millones de reproducciones en YouTube aun siendo unos desconocidos para el público más general que la empezó a vislumbrar con su siguiente trabajo, La Sandunguera.
En 2018 la cantante da su primera vuelta de tuerca musical. De un año a otro pasó de un estilo completamente urbano, muy de rap muy de trap, a algo más sosegado, más suave y más fusionado. El jazz latino se convierte en el centro de este trabajo con canciones como “Estoy Triste”, “Gimme Some Pizza” o “La Passione”. Pero, de repente, en mitad del álbum te encuentras con “La Sandunguera” una canción que difiere de las demás, que es bailable, rítmica y, quizá, algo más cercana a la Nathy Peluso actual.
No le gustan las etiquetas, en muchas entrevistas lo ha dicho y eso es muy notable en este álbum que mezcla tanto, jazz, tanto soul, algo de R&B, pero sigue teniendo un toque urbano moderno. Una fusión de estilos que la ha llevado a tener un claro puesto en la industria musical llegando a estar nominada a los Grammy Latinos.
Pues llega 2020 con pandemia mundial incluida y vuelve a sacar disco y vuelve a darle un giro musical a su carrera. Calambre es el nombre de su último trabajo que vuelve a ser más urbano. Un trabajo guerrero, lleno de frases nada sutiles plantadas en una base de hip-hop en algunas canciones o en una base de R&B en otras. Versatilidad y fusión son dos de las palabras que mejor pueden definir a Nathy Peluso. Porque si te gustan varios estilos ¿qué te impide mezclarlos?
En Calambre puedes sentir que estas escuchando a 50 Cent, a Bad Bunny, a Jennifer López o a Amy Winehouse en un mismo álbum. Tienes «Puro Veneno» para bailar salsa, «Celebré» para ponerte rapero, «Delito» para darlo todo en la discoteca (mejor no) o «Buenos Aires» para escuchar tranquilamente mirando por la ventana.
Tanta mezcla de géneros puede ser catastrófica o puede convertirse en un éxito rotundo. Los hay acérrimos defensores de los géneros musicales en su estado más puro y los hay que piensan que la evolución es necesaria. Lo que podemos decir con seguridad es que a Nathy le da igual lo que piensen, ella seguirá haciendo su música divergente que tantas alegrías le está dando. Ella busca un empoderamiento musical con sus letras canallas y su adaptación a cualquier género, y no cabe duda de que con su talento ya lo tiene más que hecho.