Cuando una banda publica su obra cumbre, existen, principalmente, dos posibilidades. La primera es sufrir una crisis creativa, como, por ejemplo, le ocurrió a The Beatles tras publicar Sgt. Peppers Lonlely Hearts Club Band (1967). Tuvieron que salir del paso con ese extraño proyecto denominado Magical Mystery Tour (1967), cuya portada, con los cuatro de Liverpool disfrazados de conejos y morsas, parece más un cartel circense que la portada de un LP. La segunda posibilidad, la idónea, es que la banda sea capaz de publicar un disco notable que, aunque no este a la altura de su predecesor, contenga canciones que queden selladas el repertorio habitual del grupo y en el imaginario colectivo de su público. Exactamente eso es lo que lograron Los Planetas con Unidad de Desplazamiento (RCA-BMG, 2000).
Los Planetas venían de publicar Una Semana en el Motor de un Autobús (1998), su tercer álbum, una obra capital de la cultura popular de nuestro país y un trabajo sobresaliente. Comienza el nuevo siglo, y con él Los Planetas lanzan Unidad de Desplazamiento. Si bien es un disco menos visceral, menos emocional y algo menos sólido; J, Eric, Florent y compañía firman canciones icónicas, que han perdurado en el directo con el paso de los años. Cabe recordar que Unidad de Desplazamiento alberga imprescindibles planetarios como: «Santos Que Yo Te Pinté», «Anuncio Para Coches» o el incontestable himno generacional «Un Buen Día».
La extensa pieza instrumental «Flotando Sobre los Loscos» es la encargada de adentrarnos en la Unidad de Desplazamiento con la que surcaremos el espacio sonoro planetario. Cumple su función de inducción, pero su segunda episodio «Flotando Sobre los Loscos II», que parte el disco, presenta elementos experimentales y ambientales más interesantes. La primera mitad del álbum pone el listón alto con «Maniobras de Evasión», «Anuncios para Coches», «Vas a Verme por la Tele» y «Santos que Yo te Pinté», que aún veinte años después se mantiene como una de las mejores canciones de Los Planetas. «Vas a Verme por la Tele» es uno de esos temas imposibles de publicar a día de hoy. La letra declara un femicidio explícito (Puede que no esté mal que alguien te parta las piernas, o puede que en uno de estos días aparezcas muerta), la policía de lo correcto contemporánea y sus censores activos en redes sociales llevarían a J a juicio.
A Unidad de Desplazamiento se le empiezan a ver las costuras en su segunda mitad. Adolece de tener una traca inicial potente mientras que gran parte de sus cortes finales flaquean. La banda se muestra al mismo nivel, la producción con Carlos Hernández a los mandos se mantiene impecable, pero las canciones no tienen más jugo que extraer. Aún así cuenta con la exultante «Un Buen Día», la desarmada «Canción Para Ligar» y «Que no Sea Kang, Por Favor» desarrollada con maestría por los arreglos de cuerda y la guitarra de Florent.
Unidad de Desplazamiento es un disco coherente con su título. Las canciones están enlazadas y secuenciadas con sapiencia, por lo que se puede percibir como una unidad, como un todo. Y, a través de su escucha pasamos de estar «Flotando sobre los Loscos» a desplazarnos a ese nítido paisaje sonoro de «Paseo en el Parque». También, supondría el comienzo de una nueva rutina de grabación de sus discos en su propio estudio, Refugio Antiaéreo, y con la producción de Carlos Hernández, con quien grabarían dos discos más.
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