La discapacidad física como generadora del estilo (II): Tony Iommi

Veteran rock guitarist Tony Iommi performs on the Apollo stage with "Heaven and Hell" at the Sonisphere rock festival at Knebworth on August 1 2009. The festival runs over two days and is set to features performances from bands including Metallica, Nine Inch Nails, Anthrax and Bullet for my Valentine. AFP PHOTO/Leon Neal (Photo credit should read Leon Neal/AFP/Getty Images)
El guitarrista de la banda inglesa de heavy metal Black Sabbath toca con prótesis en los dedos corazón y anular de su mano derecha a causa de un accidente laboral.

Black Sabbath son mundialmente conocidos por ser una de las grandes bandas del siglo XX, los iniciadores de un nuevo género musical: el heavy metal. Sin embargo, mucha gente desconoce que su guitarrista, Tony Iommi, estuvo a punto de perder dos de sus dedos en un accidente laboral, y, en consecuencia, de dejar de tocar la guitarra. Iommi nació en Inglaterra en 1948, y en su adolescencia comenzó a tocar centrándose en estilos como el blues y el rock. Trágicamente, un día en la fábrica metalúrgica en la que trabajaba en Birmingham, una máquina que se utilizaba para cortar planchas de metal le rebanó las puntas de los dedos corazón y anular de su mano derecha.

Tony Iommi es zurdo por lo que su mano derecha es con la que pulsa las cuerdas en el mástil. El accidente y sus consecuencias provocaron en él una profunda depresión. Llegó a pensar que su carrera como guitarrista se había truncado definitivamente. Esta situción se revirtió el día que un amigo suyo le contó la historia de cómo Django Reinhardt había superado su fatal accidente. A partir de esto, Iommi tomó como referente a Django.

Tras habérsele fijado unas prótesis de plástico en las yemas de los dedos, comenzó a aprender a tocar la guitarra de nuevo, adaptándose a sus peculiares circunstancias. En primer lugar, su estilo guitarrístico se basa en los acordes de quinta (también conocidos como power chords). Para su digitación solo es necesario utilizar dos dedos (justamente índice y meñique en la mayoría de guitarristas). Otra de las claves es la fuerte distorsión que utiliza en la mayor parte de sus canciones. Así consigue que estos acordes de quinta suenen con más contundencia (y sustain) a pesar de su simpleza.

Pero no es solo cuestión de distorsión. El factor principal de su éxito es su ingenio para jugar con las quintas e intercalarlas con diferentes notas y en diferentes ritmos, creando así algunos de los riffs más míticos de la historia del rock. Normalmente utiliza sus dedos indemnes, índice y meñique, aunque también se sirve de las prótesis para hacer ligados, en los que, con una distorsión fuerte, solo es necesario rozar la cuerda para ejecutar notas adicionales.

También se vio obligado a realizar algunas modificaciones en su guitarra. Por ejemplo, utilizar cuerdas muy ligeras, de menor grosor. Concretamente, comenzó colocando cuerdas de banjo a su guitarra. Años más tarde, una marca se encargó de adaptarlas, lanzándolas al mercado con el nombre del guitarrista inglés (hecho por el que el bueno de Tony seguramente se lleve un pellizquito). Otra de las adaptaciones que suelen caracterizar sus guitarras es tener la parte anterior del mástil pulida. Esto hace que el tacto de la madera sea más suave y, por lo tanto, no sea necesario ejercer tanta fuerza con los dedos al realizar técnicas como el bending (se estira la cuerda pulsada con los dedos, normalmente hacia arriba, generando más tensión en la misma, alterando así la altura del sonido producido).

Tony Iommi transformó su limitación física en un sonido arrollador de guitarra, en riffs míticos que junto a su banda Black Sabbath, acompañado de Ozzy Osbourne, Bill Ward y Geezer Butler, se convertirían en himnos de diversas generaciones.

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