‘MSDL – Canciones dentro de caniones’, la reinterpretación cautelosa de Vetusta Morla

Crítica de 'MSDL - Canciones Dentro de Canciones', la revisión de Vetusta Morla de las canciones de su disco anterior desde una producción más desnuda.

No, no es una versión acústica de su último disco Mismo Sitio, Distinto Lugar. Más bien, MSDL – Canciones dentro de Canciones, es una revisión de aquellas diez canciones desde un prisma más orgánico. Si el anterior trabajo de Vetusta Morla se caracterizaba por una mayor y pulcra ornamentación en la producción; este nos muestra esas mismas composiciones desabrigadas. El capullo de aquellas flores, las canciones dentro de aquellas canciones.

Es un disco que sorprende poco. No es un unplugged de su disco anterior, pero lo cierto es que se le parece mucho. Es un buen disco porque tiene buenas canciones, las mismas que ya conocíamos. Sin embargo, flaquea en cuanto a elementos sorpresivos. De hecho, en su escucha, las canciones más agradecidas son las que más transformaciones han sufrido.

“Palmeras en La Mancha”, “Te lo Digo a Ti” y “Punto Sin Retorno” son las revisiones reseñables de este proyecto. “Consejo de Sabios” es un caso aparte porque es una de esas canciones tan bien hechas que funcionaría hasta como jota aragonesa, pero cabe decir que ese aire folclórico que le otorga el compás de 6/8 genera una versión sugestiva. Sin embargo, “23 de Junio” pierde toda su retórica y su encanto de vals al verse desprendida del compás ternario, que queda reducido a un guiño al final de la segunda estrofa.

Escuchamos los mismos arreglos que en su predecesor o muy similares en gran parte de las canciones. “Deséame Suerte”, “El Discurso del Rey”, “Guerra Civil”, “La Vieja Escuela” y “Mismo Sitio, Distinto Lugar” remiten demasiado a las originales. Aún con esas pequeñas diferencias, habrá a quien le gusten más estas reinterpretaciones. De hecho, “Mismo Sitio, Distinto Lugar” parece funcionar mejor así, cediendo más protagonismo a voces y guitarras, dotando de intimísimo al cierre del disco.

La idea del proyecto tenía miga, pero algunos de los cortes se han quedado en la corteza. Aún habiendo interludios brillantes, se echa en falta algo más de experimentación. Juanma Latorre y Guille Galván son grandes compositores, y, sin duda, la banda desprende talento, son un prodigio de nuestra música. Bunbury siempre define a Vetusta Morla como «la banda más en forma del panorama nacional». Y como tal hay que exigirle.

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