2021 fue un año especialmente prolífico para ti con la publicación de dos discos: Seis y 1940 Carmen. ¿Qué puntos tienen en común ambos discos y qué les diferencia?
Sonoramente son muy distintos. Pero siento que su alma es muy similar. Son discos que responden a mi necesidad creativa, que cuentan mi historia, son muy honestos. Siempre trato hablar sobre mis experiencias, sobre mí, que es lo que más conozco.
Seis es un disco que escribí cuando empezó la pandemia en mi casa, en Tepoztlán, un pueblito mágico de México. Y 1940 Carmen lo escribí cuando estuve viviendo un tiempo en Los Ángeles tratando de quedar embarazada.
El próximo 5 de septiembre estarás en Madrid presentando tus últimos trabajos, ¿qué puede esperar el público de este concierto?
Estoy muy contenta de volver a Madrid y a España. Me encanta la gente de allí. Mis conciertos siento que son bastante personales, muy íntimos y teatrales, pero también siento que tengo algo de actitud punk sobre el escenario. Hay un rollo cabaret-teatral-punk. También está presente la canción mexicana, lo sudamericano, y lo pasional.
¿Qué relación guardas con las salas de concierto de Madrid? ¿Alguna anécdota como artista o público?
Recuerdo que en mi primer concierto allí, el público me gritaba algo y yo no entendía. Al fin entendí que decían: “¡Olé tú!”. Me encantó. Ya siempre me lo gritan y lo siento como muy de España.
¿Sientes que ha cambiado algo en cuanto a la percepción y recepción de la música hecha por mujeres en estos años?
Si, siento que ha cambiado. Para empezar, ya no se considera “música hecha por mujeres”, sino simplemente “música”. También siento que se está haciendo música más interesante, por lo menos en este lado del mundo. Y hay más mujeres sobre los escenarios, en los festivales, sobre todo. Siento que todavía no está equilibrada la balanza, pero sí hay más representación femenina.
¿Crees que hay una falta de cohesión cultural entre Latinoamérica y España?
Si, alguna vez allí pregunté por Juan Gabriel, y no sé si en España es la estrella que es aquí. Juan Gabriel es todo, es mi padre y mi madre musical, estoy muy inspirada en él. Ahora, con internet, ya todo está más cerca, tienes el mundo en tu teléfono. Yo he ido muy poco a España y nunca he hecho pases de prensa ni promo como tal. Mis visitas son hacer la gira con el público que me conoce por internet. Pero tiene lógica porque estamos muy lejos, es un vuelo largo. Siento que esto está cambiando con internet, pero no dejamos de estar lejos.
¿Un artista hace la música que quiere o la que le nace?
Un poco de las dos. Existirá el que siempre hace lo que quiere, pero en ese “hago lo que quiero” realmente hace lo que le sale. A mí me pasa que a veces tengo ideas maravillosas en mi cabeza y quisiera que existiera un sistema con el que salga impreso de mi cerebro. A veces no logro bajarlo a la realidad como quisiera, otras veces me acerco mucho.
Tu música bebe mucho de los géneros populares más tradicionales.
Yo estoy enamorada de todos estos géneros. El bolero, la ranchera, el mambo y toda la música tradicional popular, todo eso me encanta. También el flamenco. Soy muy melómana. Me encanta oir desde lo más actual hasta lo que solo encuentras en tiendas de vinilos y ni siquiera está en plataformas digitales.
Después de tantos éxitos y siete discos, ¿a qué aspira Mon Laferte?
Tengo mucho que hacer. Siento que todavía no he hecho la mejor canción ni el mejor disco de mi carrera, y quiero hacerlo. A eso aspiro.
¿Qué artistas españoles te parecen especialmente inspiradores?
Raphael me vuela la cabeza. A veces pongo videos suyos antes de subirme al escenario para ver sus performance. Todo este rollo súper teatral y ambiguo suyo me encanta. Cuando era niña mi mamá escuchaba a Lola Flores y Rocío Durcal. Y bueno, Camarón me encanta, me hace llorar.
Y de discos más actuales, el de C Tangana me parece hermoso, tiene mucha influencia también de la vieja escuela. ¿Y sabes qué artista me encanta? Silvia Pérez Cruz, me encanta su voz, también me hace llorar.