La crisis que ha ocasionado el coronavirus se ha llevado por delante lo que conocíamos como normalidad. Ahora toca adaptarse a una nueva situación y buscar alternativas para poder salir adelante. En el caso de la cultura, de un día para otro, todo se paró. Se cerraron los museos, los cines, los teatros y, como no, se aplazaron o cancelaron todos (o casi todos) los conciertos del 2020.
Los artistas comenzaron a utilizar las redes sociales para dar pequeños conciertos en directo desde sus casas. Una bonita manera de conectar con sus fans más que nunca, ya que, además, daba la oportunidad de contestar algunas preguntas o leer los comentarios que les mandaban. Cosa muy complicada en un concierto al uso. Sin embargo, con los cambios de fase que experimentan los territorios, las medidas restrictivas comienzan a levantarse. Los conciertos vuelven, pero en un formato muy reducido y que, por desgracia, no compensa a todos, al menos económicamente.
Tiny Sessions
Por ello, surgen proyectos como las Tiny Sessions. Se trata de pequeños conciertos de aforo reducido (50 personas máximo) que se llevaran a cabo en espacios poco habituales, pero muy íntimos, como un salón, una terraza, un jardín…lo que quieras, el anfitrión eres tú. Se puede participar tanto organizar junto al equipo o, también, siendo la persona que acoge el evento. En ambos casos, las condiciones son algo diferentes. Si eres anfitrión, solo tendrás que aportar un espacio que pueda albergar entre 30 y 50 personas y el equipo se encargará de todo lo demás (decoración, contratar artistas, venta de entradas, etc.). Por otro lado, como organizador tendrás que trabajar en la gestión del espectáculo.
Con este proyecto, se pretende llevar a los artistas a un escenario novedoso y que, tanto ellos como el público, vivan la música de manera diferente, más cercana e íntima. Siendo, además, una manera perfecta para crear una conexión más estrecha entre músico y seguidor.